El 21 de mayo de 1904, delegados de las federaciones de Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Suecia, Suiza y España fundaron la FIFA (Fédération Internationale de Football Association en francés) con el objetivo de unificar las normas del fútbol y convertirlo en un juego mucho más sencillo y atractivo tanto para aficionados como jugadores.
A principios del siglo XX, no existían unas leyes únicas de fútbol que siguiesen todos los países donde se practicaba de forma profesional. La creación de la FIFA no sólo sirvió para fijar estas reglas, sino que también internacionalizó el deporte rey en Europa. La Federación Inglesa de Fútbol hizo un primer intento de crear un organismo de este tipo, pero su intento no fue bien recibido por el resto de agrupaciones.
El primer presidente fue el francés Robert Guérin, pero el fracaso del primer torneo internacional organizado en 1906, precipitó su destitución y la elección del inglés Daniel Burley Woolfall. De esta manera se abrían las puertas de forma definitiva al fútbol inglés en la FIFA, aunque esto no terminaría con la confrontación entre esta y la Federación Inglesa.
Sería en 1924, cuando la FIFA tomaría a su cargo la organización de los Torneos Olímpicos de Fútbol en los Juegos de París. El evento fue todo un éxito con más de 60.000 espectadores que acudirían a ver la final que enfrentaría a las selecciones de Uruguay y Suiza.
Aprovechando este éxito y con el objetivo de seguir creciendo, la FIFA organizó el que sería el primer Mundial de la historia del fútbol en 1930 en Uruguay. Sin embargo, resultó una decepción con la participación únicamente de cuatro países, ya que el resto no asistieron debido a la crisis económica.
A partir de la década de los 60, que coincidiría con la presidencia del inglés Sir Stanley Rous, el Mundial se convertiría en uno de los eventos deportivos internacionales con más prestigio. El brasileño Joao Havelange y el suizo Joseph Blatter aprovecharon después sus períodos al frente de la FIFA modernizándola y organizando mundiales en Asia (Corea del Sur/Japón 2002) y África (Sudáfrica 2010).
Durante el verano que siguió a la fundación de la FIFA, se trabajó en la elaboración de los primeros estatutos que, de una vez por todas, unificarían los principios del fútbol a nivel internacional.
Entre los principales puntos que recogían estaba el reconocimiento recíproco y exclusivo de todas las asociaciones nacionales representadas, la prohibición a clubes y jugadores miembros de jugar simultáneamente para diferentes asociaciones nacionales o la adopción de las normas de juego de la Asociación del Fútbol.
Estos estatutos entrarían en vigor el 1 de septiembre de 1904 y serían la antesala de la unificación internacional de las leyes del fútbol. Unas leyes que continúan en proceso de evolución y modernización, siempre en beneficio del fútbol.
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