Minecraft cumple hoy 10 años. Fue el 17 de mayo de 2009 cuando el programador sueco Markus Persson, más conocido como ‘Notch’, publicó la primera versión del que probablemente sea el juego más importante e influyente de la última década. Pocos hubiesen anticipado el éxito arrollador que este mundo formado por bloques de colores acabaría teniendo. Con el tiempo, Minecraft ha trascendido su condición de videojuego para convertirse en un fenómeno de la cultura popular.
Tal como el propio Persson explicó hace unos años en su blog personal, Minecraft empezó siendo un experimento inspirado en títulos como el clásico Dungeon Keeper (1997) de Peter Molyneux, el juego de culto Dwarf Fortress (2006) o Infiniminer (2009), un pequeño juego ‘indie’ que significó algo más que una simple influencia.
Sin que el juego estuviera acabado, sin contar con el respaldo económico de una editora e, incluso, sin estar disponible a través de plataformas de distribución digital como Steam, Minecraft comenzó a extenderse a través del boca a boca de internet. Tanto es así, que antes de su lanzamiento oficial en 2011, el juego ya había vendido 1 millón de unidades. Hoy en día se calcula que acumula más de 150 millones de unidades vendidas entre todas sus versiones, algo que lo sitúa como el segundo juego más vendido de todos los tiempos, solo por detrás de Tetris.
Su combinación de exploración, búsqueda de recursos, supervivencia y creatividad tiene infinitas posibilidades, una cualidad que, a su vez, ha contribuido a consolidar una nueva forma de consumir videojuegos a través de plataformas como YouTube. Minecraft es de los primeros juegos que no se entenderían sin los miles y miles de vídeos de “Let’s Play” que ha protagonizada, pero tampoco sin su fiel comunidad de seguidores.
Además de sus dos mecánicas principales, minar y “craftear” (lo que vendría a ser crear), la característica que quizá explica el éxito de Minecraft es la libertad que ofrece al jugador. En lugar de explicar una historia con objetivos y de guiar al usuario con tutoriales, el juego tiene el atrevimiento de dejarlo a su libre albedrío. Permitirles lanzarse a la aventura, satisfacer la necesidad humana de crear, de que cada usuario se invente sus propias historias explica en gran medida cómo es posible que el juego de ‘Notch’ haya calado en tantos jugadores.
En 2014, Microsoft compró Mojang, la empresa de Minecraft, por 2.500 millones de dólares, adquiriendo así una máquina de merchandising que incluso cuenta con sus propias convenciones de fans, un juego que se aplica en escuelas como recurso educativo y una de las mayores sensaciones del siglo XX
Coincidiendo con el décimo aniversario del juego, Mojang ha publicado gratis la versión original del Minecraft. Es una buena forma de viajar diez años atrás en el tiempo y comprobar lo mucho que ha evolucionado este título desde entonces, pero también una manera de celebrar uno de los acontecimientos culturales más importantes en lo que llevamos de siglo.
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